viernes, 13 de marzo de 2009

EPILOGO

Lo expresado hasta aquí no puede considerarse una novela de ficción; de haberlo sido no me hubiera provocado tanta inquietud.
Lo que quiero decir es que el tema desarrollado pretende desde el principio sustentarse en un enfoque conceptual personal basado en la percepción de la realidad que mi subjetividad me permite concebir. Debo entonces reconocer que cualquiera que se interese en el tema tratado pueda tener una visión total o parcialmente distinta al expuesto.
De la única manera de evitar que esto suceda es mostrar pruebas objetivas que lo dicho es real y que va mucho más allá de una mera especulación.

Para ser más preciso, el día de hoy es 28 de octubre del 2007, año éste muy peculiar en cuanto está signado por un fenómeno, entre otros, que pone al descubierto la ineficacia de la gestión gubernamental. Me refiero que además de la creciente estadística de muertes por asesinatos o accidentes viales, la falta de créditos accesibles para la vivienda, los magros salarios percibidos por la mayoría de los trabajadores que aportan mano de obra no especializada, el colapso que sufren los centros de salud a causa de la falta de personal profesional e insumos, el deterioro edilicio de escuelas de enseñanza primaria y secundaria y muchas cosas mas que todos y cada uno de los ciudadanos sufrimos a diario; a todo esto se le suma el aumento desaforado de los precios de los artículos de primera necesidad, como son los alimenticios, lo cual no debería ser causa de asombro, a no ser, que estos sobreprecios que responden a intereses especulativos aparecen inmediatamente después que el secretario de comercio del ejecutivo nacional informa a la población haber firmado “acuerdos” con los productores y con los distintos agentes de la cadena de comercialización de los mismos.

Esta historia comienza con la carne vacuna, le siguen los lácteos, el pescado y por último las verduras, rubro que no fue acordado pero que de una semana a la otra acrecentaron el valor de algunos de sus productos como la papa, el tomate, la acelga, la lechuga, los limones y anco hasta en un 500%.

La señal resulta inequívoca si hacemos una lectura objetiva de esta cuestión. Por un lado el gobierno establece el compromiso mediante acuerdos de no aumentar los precios de determinados artículos y por el otro lado el mismo gobierno permite que dichos acuerdos no se cumplan al no implementar ningún tipo de control.
A continuación aparece ese otro fenómeno citado más arriba y es el índice de los precios al consumidor oficial publicado, el cual de ninguna manera responde verazmente a la realidad percibida correctamente por los propios consumidores que sufren a diario el despojo arbitrario de su salario a manos del llamado “MERCADO” sin que nadie la defienda.

Si en algún momento, alguien ingenuamente pensó que este “error” de los índices publicados estaba circunscrito a la entidad conocida como el INDEC, esta idea se desmoronó cuando el mismísimo Presidente de la República y la Primera Dama y senadora afirman que los Índices dados a conocer por la entidad son los correctos. Tales afirmaciones son expresadas en discursos televisados y en reuniones concertadas con importantes empresarios, dichas versiones son a su vez tema de comentario en distintos programas radiales, pero…. al menos yo no he escuchado que ningún conductor de esos programas netamente opositores o los llamados Periodistas Independientes se hayan expresado en términos categóricos diciendo que tanto el Presidente como su esposa son MENTIROSOS; que las personas que mienten NO SON CONFIABLES y por último que la mentira en boca del Primer Magistrado y de una Senadora de la Nación (su esposa), adquiere la máxima dimensión precisamente por los cargos de responsabilidad que ocupan y del poder que les fue conferido.

Volviendo al aquí y ahora creo conveniente señalar la “tibieza” con que algunos medios periodísticos tratan o se ocupan de la manipulación que el actual gobierno lleva adelante cada treinta días al publicar en el boletín oficial las estadísticas de los precios al consumidor elaborada por el INDEC.
La reiteración de esta MENTIRA más allá de negar una realidad revela la existencia de un metamensaje dirigido a los formadores de precios que dice así: “Aumenten lo que quieran, nosotros nos encargaremos que esos aumentos no aparezcan en el índice de precios al consumidor”.
De parecerle exagerada esta opinión piense que de un MENTIROSO puede esperarse cualquier cosa.

Esta inveterada costumbre de MENTIR, no es excluyente de este gobierno ni en particular de este presidente.
Tomemos como punto de partida la llamada históricamente “La Recuperación de la Democracia”, el gobierno de Alfonsín y la famosa frase dicha desde el balcón de la Casa Rosada, “LA CASA ESTA EN ORDEN”
Las consecuencias aún hoy en día las estamos pagando debido a las leyes de Obediencia de Vida y Punto Final, que eximía de responsabilidades a todos los oficiales y suboficiales que participaron de la represión y sólo se juzga a los comandantes.
Continuamos por orden de aparición con el gobierno de Menem, la frase acuñada (entre otras), fue “UN PESO, UN DÓLAR”, mientras la euforia ganó el bolsillo de la ciudadanía y se entretuvieron con la creencia de haber ingresado al primer mundo. El presidente reiteró en cada discurso la otra frase, no menos famosa “SIGANME QUE NO LOS VOY A DEFRAUDAR”.
Así es que una por una remata todas las empresas estatales a concesionarios privados, los que se ocupan de poner en la calle a miles de trabajadores. Aún hoy conseguir un buen trabajo resulta una odisea. No debemos olvidar que este presidente fue reelecto y ejerció un segundo mandato, por supuesto elegido por la mayoría mediante el sufragio en comicios “democráticos”.
A pesar del descontento popular debido a las consecuencias producida por las privatizaciones (despidos en masa), Menem logró concluir su segundo mandato. De vuelta al sufragio de allí surgió electo De La Rúa, personaje este que se distingue por una peculiar estructura de carácter, que se pone de manifiesto durante su gestión.
La diferencia sustancial se la puede observar en que los otros mandatarios pecaban por acción y De La Rúa, lo hizo por omisión. Así es que el máximo aporte a la Mentira, este presidente lo expresó en sus declaraciones que hoy son objeto de enjuiciamiento en donde declaró que en ningún momento se enteró de la feroz represión que se desarrolló en la Plaza de Mayo, porque su despacho estaba en el otro extremo de la casa de gobierno. Lo absurdo de esta excusa no da lugar a mayores comentarios.


El estrepitoso ruido que provoca la caída de una ilusión no se hace esperar. Las corridas bancarias, la desaparición de un día para otro de los depósitos de los ahorristas y la llegada del “CORRALITO”. Desasosiego, confusión tiñen los momentos que le siguen a estas medidas. Se suceden los nombramientos de presidentes que duran en su función un par de días entre ellos Rodríguez Saa, quien frente a diputados y senadores declaró muy ufano, la decisión de no pagar la deuda externa, ovacionado por la concurrencia, a la semana renuncia.

Entre idas y venidas se buscó un Salvador que sacara al país de su estado de MARASMO. Asumió el presidente Duhalde, quien pergeño una solución y declaró: “El que tenga depositados dólares cobrará en dólares, acto seguido apareció la ley de “Pesificación”.
La recuperación de los ahorros se convirtió en un tema nacional y los juzgados se abarrotaron de demandas; entre los desocupados y los despojados el clima del país se tornó cada vez más parecido a una caldera a punto de estallar.

Con respecto al tema religioso, lo invito a ver por canal 21 de televisión la promoción de caridad y solidaridad llevada adelante por el Arzobispado, que conmovidos por las personas que mueren de hambre en Mozambique han enviado la “súper sopa” a cuento de tratar de paliar semejante desgracia, mientras tanto en la capital federal, el conurbano y las provincias de nuestro país proliferan los llamados “comedores comunitarios”, sostenidos por ciudadanos comunes que alimentan a cientos de miles de niños, adultos y ancianos siendo éste el único recurso que tiene esas personas para subsistir.
Me pregunto si esos prelados no conocen el refrán que dice que la caridad empieza por casa y que los aborígenes argentinos que han muerto en el norte del país por inanición también son hijos de Dios.

Deseo agregar algo más al respecto, y es poner sobre relieve una de las grandes Mentiras internalizadas en el acervo cultural de los ciudadanos de la Argentina toda, aquella que se viene repitiendo en todos los gobiernos Democráticos y no Democráticos sin excepción, afirma que la Salud y la Educación Pública son Gratuitas.
Cuando la verdad descarnada es que ambos servicios que presta el estado están sostenidos por los tributos obligatorios aportados por cada uno de los ciudadanos que habitan el territorio nacional, sin excepción. Esos tributos son los impuestos que se suman a los valores reales de todos los productos que consumimos y reitero, el aporte es COMPULSIVO.
Dicho de otra manera, si el costo y el mantenimiento de esos servicios en particular están sostenidos, pagados y financiados con el dinero de mis aportes, de ningún modo puede afirmar nadie que son otorgados gratuitamente. El hecho real que sean deficientes, está relacionado a la arbitrariedad con que sea el Congreso o el Ejecutivo distribuye el presupuesto nacional, tarea esta que corresponde a quienes nos representan.
La realidad muestra que la salud pública y la educación resultan ser más caras que los mismos servicios prestados por las entidades privadas por la sencilla e inobjetable razón que yo como ciudadano puedo contratar a voluntad un servicio privado de salud denominado prepagas o un colegio primario-secundario o una universidad y de igual modo puedo voluntariamente prescindir de sus servicios en el momento que así lo disponga, cosa que no puedo hacer con mis aportes tributarios que maneja el estado a través de todos y cada uno de los gobiernos.
Esto significa que si bien se me permite asociarse a cualquier entidad privada que preste los servicios en cuestión, lo que no se me permite es dejar de aportar con mis tributos para el sostenimiento de dichos servicios prestados en forma deficiente. En una palabra, si contrato los servicios de una entidad privada continúo atado COMPULSIVAMENTE al sostenimiento de su equivalente en el orden público, eso quiere decir que me obligan a pagar lo que no uso.

Estos ejemplos pueden ser extendidos a los servicios que prestan las fuerzas de seguridad, policía, gendarmería alcanzando a las Fuerzas Armadas sostenidas irracionalmente sin que cuenten siquiera con una hipótesis de combate. Por último no deberíamos olvidar “los subsidios a los ferrocarriles, a los combustibles de las empresas de colectivos, al, al, al….todo digitado desde y por el gerenciamiento gubernamental y que como siempre es aportado desde nuestros bolsillos tributarios.

Mas arriba, en esta obra, y bajo el título LA PROMESA CAPITALISTA, hemos desarrollado el concepto que reviste a la MENTIRA, lo que resta agregar a nuestro juicio no es menos importante, y tiene que ver con la impunidad del mentiroso.
Creemos que resulta mucho más fácil favorecerse con la impunidad si el mentiroso ocupa los cargos de jerarquía de “los de arriba” y esto se debe a que en los sistemas de gobiernos conocidos son de estructura piramidal. Esto significa que en la base de la pirámide se hallan la mayoría de los ciudadanos sin ninguna jerarquía y el de arriba de todo de esa pirámide, justo en el punto de encuentro de los lados se encuentra el ciudadano de mayor condición jerárquica.

No es casual que todas las organizaciones humanas conocidas estén concebidas en esos términos; desde lo familiar hasta lo social, gubernamental, religiosa y donde más se puede notar es en las instituciones conocidas como fuerzas de seguridad y fuerzas armadas.
La ecuación que se reitera es para todas la misma; el de arriba ordena y el de abajo obedece. Este esquema está abierto de modo permanente al ejercicio del juego más destructivo practicado por los seres humanos “LOS JUEGOS DE PODER”.
Estos juegos contienen los instrumentos más sofisticados de destrucción que el hombre haya ensayado desde el principio de los tiempos. Son tan abarcativas que reúnen todas y cada una de las armas conocidas puestas al servicio del poder de “LOS DE ARRIBA” y de “LOS DE ABAJO”.

El individualismo, la mentira, la competencia, la fuerza física son esas armas que el individuo empleará en su camino al éxito: ser alguien, no ser un don nadie. Así fuimos educados la mayoría de nosotros.
El que no obedece la consigna es despreciado por el resto del grupo. El propósito es alcanzar la mejor posición en la escala piramidal, no importa cómo. La cuestión es llegar. Si lo que deseo es un mejor confort para mi y mi familia puedo elegir el camino del trabajo o del estudio de una profesión que me proporcione un mejor salario o también puedo dedicarme a ser un hábil estafador, ladrón o un astuto trepador que lo que menos me importa son las cabezas que tenga que pisar a fin de alcanzar la meta que me he propuesto.
En el camino van quedando desechados por inservibles los códigos y los valores. Debo ser un experto en el arte de manipular y percibir al otro y a los otros que encuentro en esa ruta como enemigos potenciales que pueden detenerme o demorarme en el logro de mi propósito.
Estas características de la conducta humana que pueden aparecer exagerados, tiene derecho UD. a rechazarlos como propios, pero no debe olvidarse que se puede actuar mal, sea por acción o por omisión. La sencilla sabiduría de el siguiente juicio lo revela con total certeza: “LO UNICO QUE NECESITA EL MAL PARA TRIUNFAR, ES QUE LOS HOMBRES BUENOS, NO HAGAN NADA”.

No es lo mismo ser “UN BUEN HOMBRE” que ser “UN HOMBRE BUENO”. Este último es sinónimo de salud mental.
Un hombre saludable está dispuesto a criticar la realidad que lo circunda y a intentar modificarla, si así lo considera necesario a fin de volver a instaurar los valores en el lugar que corresponde.
Este hombre saludable sabe que el fin no justifica los medios, por lo tanto tomará muy en serio el pasado histórico como referencia y no se lanzará como un loco suicida a pergeñar revoluciones cuyo único propósito es desplazar al otro del poder. Del mismo modo no se dejará engañar por los cantos de sirena tan bien interpretados por algunos políticos que conjuntamente con los dogmas religiosos, prometen un bienestar a futuro, si creemos en ellos.

Para ilustrar mejor lo expuesto creo oportuno citar un párrafo de la escritora Rosa Montero de su libro La Hija del Caníbal donde dice: “Permíteme que te hable de los pingüinos, esas aves patosas que habitan a millones en la desierta Antártida.
Cuando las crías de los pingüinos salen de sus huevos, los padres han de dejarlas solas para irse al mar en busca de comida. Esto plantea un grave problema porque los pequeños pingüinos se encuentran recubiertos de un ligero plumón que resultaría insuficiente para mantenerlos vivos en las temperaturas extremadamente frías del Polo Sur. Entonces lo que hacen los pollos es quedarse todos juntos sobre sus islotes de hielo, miles de pingüinos recién nacidos apretujados unos con otros para darse calor. Pero para los que se encuentran en la parte exterior del grupo no se congelen, los pollitos permanecen en constante movimiento rotatorio, de manera que ninguna cría tenga que estar a la intemperie más de unos segundos”, y agrega “De haber sido llevada a cabo por hombres y mujeres, esta ingeniosa artimaña colectiva se habría entendido como una muestra de la solidaridad humana; pero los pollos de los pingüinos no entienden de palabras, y si se protegen los unos a los otros es porque así tienen más esperanza de sobrevivir; es una generosidad dictada por la memoria genética, por la sabiduría bruta de las células.”.
Continúa diciendo: “Lo que te quiero decir con todo esto, es que lo que llamamos el Bien está ya presente en la entraña misma de las cosas, en los animales irracionales, en la materia ciega. El mundo no es sólo furor y violencia y caos, sino también esos pingüinos ordenados y fraternales. No hay que tener tanto miedo a la realidad, porque no es sólo terrible, sino hermosa”.

Al final de esta novela, la autora retoma el tema cuando dice: “Disfruta de la vida mientras puedas. A pesar de la pérdida y de la traición y de los pánicos nocturnos y del horror que acecha. Pero siempre existe la belleza y además, no vamos a ser menos que los pingüinos”.

Esta lectura de la realidad desde la perspectiva de la autora resulta ser a mi juicio formidable a cuento que a pesar de lo terrible y doloroso de un aspecto puede sin embargo buscar y encontrar otros que den lugar a la belleza y a la esperanza.
Siguiendo esta misma dirección, durante mucho tiempo me pregunté si sería posible encontrar belleza y esperanza sin tener que transferir nuestro natural poder a otros y llegué a la conclusión que esto es posible si nos animamos a cambiar por un nuevo paradigma.

Esto sería llamar a las cosas por su nombre reconociendo que el término Democracia significa la participación del pueblo en el gobierno rechazando categóricamente al engendro al que estamos sometidos y da lugar a todo lo mencionado más arriba. Por lo tanto mi propuesta final es la adopción de una nueva forma de gobierno en un auténtico SISTEMA DEMOCRATICO y un MODELO COOPERATIVISTA, en donde todos tengamos derecho a opinar y que nuestra opinión sea tomada en cuenta.
A todo aquel que se identifique con esta idea lo invito a que me acompañe a elaborar los contenidos que le darán las formas más apropiadas. Serán tenidos en cuenta sólo aquellos aportes que apuntan al bien común.
Por favor divúlgalo.

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